Los reflectores del mundo se han fijado en los gatos para conectar con los espectadores, especialmente mediante la animación, quien suele apostar por la “personificación” y convertirlos en protagonistas, pero también suelen aparecer de forma más “real”, como es el caso de Salem en Sabrina, la bruja adolescente.
Madrid, 8 de agosto (ElDiario.es).- Este sábado debe ser un día especial para una parte muy importante de muchos hogares y familias. Porque este sábado es 8 de agosto, y está señalado en el calendario como el Día Internacional del gato.
Los sentimientos que despiertan las mascotas son difíciles de explicar para aquellos que no las tienen. Y sin entrar en la eterna “rivalidad” planteada por los humanos entre perros y gatos, en su día bien merecen un homenaje.
El mundo de la televisión se ha fijado en los gatos para conectar con los espectadores, especialmente a través de la animación. Pero también ha contado con ellos para ser protagonistas o compañeros de carne y hueso, y hasta para hilar las tramas de una serie documental como No te metas con los gatos: Un asesino en internet, estrenada en Netflix a finales de 2019 y que recibió grandes críticas.
LOS GATOS, UNA APUESTA FIJA PARA LA ANIMACIÓN
Las series de animación dirigidas a un público infantil suelen apostar por distintos animales para “personificarlos” y convertirlos en protagonistas. Y probablemente el gato sea el preferido para ello. Tanto es así, que se cuentan por decenas, sin exagerar, las ficciones animadas encabezadas por un gato.
Las representaciones son de todo tipo. Y todas igual de adorables y carismáticas. Porque la filosofía de vida de Garfield ha sido un modelo para muchos humanos (a veces demasiado), aunque obviamente jamás han logrado estar a su nivel. A más de uno también le habría gustado tener un gato cósmico como Doraemon que te echara una mano gracias a su bolsillo mágico.
Hay otros que forman parte de un conjunto más amplio. Es el caso de Silvestre, miembro de la gran familia de los Looney Tunes que jamás se ha cansado de intentar cazar a Piolín. Y por supuesto Tom, al que hasta cuesta identificarle si no añadimos el “y Jerry” con los que los popularizó Hanna-Barbera. Una categoría en la que es casi obligatorio recordar a las distintas versiones de Bola de Nieve que Lisa ha tenido en Los Simpson, ficción que tiene otro gato protagonista de otra serie dentro de la propia serie como es Rasca y Pica, precisamente parodia a lo bestia de Tom y Jerry. Al ser una metaficción, Rasca sería por tanto el único “metagato” conocido.
Hay ejemplos de todo tipo: los que podemos considerar pioneros como Don Gato, Isidoro o Félix; marketinianos como Kitty (a la que siempre presentan saludando como Hello Kitty), y entre todos destaca una categoría: la de “acompañantes” de personajes malvados como Azrael en Los Pitufos (con Gargamel), Meowth en Pokémon (como miembro del Team Rocket) o MADgato en El inspector Gadget (que daba la cara en vez de su dueño Doctor Gang). Los gatos, a menudo, son “malos” para la animación.
MÁS ALLÁ DE LOS DIBUJOS, TAMBIÉN DE CARNE Y HUESO
Sin desmerecer a los personajes de animación, es destacable cuando los gatos son (o parecen) reales. Y aunque es cierto que hay muchos menos ejemplos, porque la máxima de Alfred Hitchcock de “nunca trabajes con niños ni con animales” sigue cumpliéndose, hay algunos inolvidables.
Una mención de honor merece Salem, el gato de la serie Sabrina, la bruja adolescente protagonizada por Melissa Joan Hart en los 90. La ficción utilizó un gato robótico que logró convertirse en uno de los personajes más queridos de la televisión por su sarcasmo e ironía.
La concepción “maligna” de los gatos fue más allá hace poco con la nueva adaptación televisiva de la novela de terror de Stephen King Cementerio de animales. En ella pudimos disfrutar (o más bien padecer) la “interpretación” de Church, el tenebroso gato de la serie. Que por cierto, y por desgracia, el minino real se llamaba Leo, era adorable, y murió en mayo.
Sin el protagonismo de los dos anteriores, lo cierto es que los gatos reales de carne y hueso sí que han sido utilizados en distintas producciones para ser los mejores amigos de sus protagonistas.
Series más antiguas como El chavo del 8, en la que podía verse en muchas ocasiones (incluso centrando tramas) al gato de Quico. Pero también más actuales como Capitana Marvel, en la que Goose se convierte en un amoroso apoyo para su protagonista, o en Glee, en la que el personaje de Brittany también tenía un gato, aunque con poca trascendencia en la trama.